¿Sabías que el primer coche nacional de hidrógeno ¿Fue desarrollado por un proyecto académico de la Unicamp en los años 1990? ¡Sí, es verdad! Incluso sin los recursos avanzados que tenemos hoy, un grupo de investigadores brasileños desafió las limitaciones tecnológicas de la época y creó un vehículo innovador, el vega. En este artículo recordaremos esta fascinante historia y discutiremos el impacto que pudo haber tenido en el panorama automotriz nacional y mundial.
El comienzo del sueño
Todo comenzó con el ingeniero mecánico Eduardo Gurgel do Amaral, quien, a pesar de no tener relación directa con João Augusto do Amaral Gurgel, fundador de Gurgel Motores, compartía el mismo sueño: Crean un vehículo con tecnología nacional.. En 1992, mientras estudiaba su maestría en ingeniería eléctrica en la Unicamp, Eduardo encontró en el profesor Ênnio Peres da Silva, coordinador del Laboratorio de Hidrógeno, el socio ideal para convertir esa idea en realidad.
En el momento, Estados Unidos, Japón y Alemania fueron los únicos países que investigaron pilas de combustible de hidrógeno. El objetivo era audaz: desarrollar tecnología nacional que diera como resultado una coche con cero emisiones contaminantes.
La Base Vega
¿Cómo se puede iniciar un proyecto tan ambicioso sin recursos? Eduardo encontró una solución creativa. La ex Companhia Energética de São Paulo (CESP) donó un camioneta vieja – o mejor dicho, chatarra. El chasis sirvió como base del proyecto y, poco a poco, otras empresas donaron componentes esenciales. Entre las contribuciones:
- Motor eléctrico de WEG;
- Baterías para camiones de Delco;
- Generador de Yanmar;
- Partes del cuerpo de Cedros.
El proyecto recibió el nombre vega, inspirado en la estrella más brillante de la constelación de Lyra. Eduardo bromeó diciendo que el nombre también significaba “Vehículo Eléctrico Gurgel do Amaral”.
asamblea vega
En el taller del Laboratorio de Hidrógeno, el equipo comenzó a darle forma a Vega. El chasis de la Kombi recibió una carrocería compuesta por piezas reutilizadas de otros vehículos:
- Faros, luces traseras y parachoques. de Monza;
- Puertas traseras y laterales de Kadett;
- Vidrio producido a medida por Fanavid.
Inspirado por Chevrolet LuminaEduardo optó por un estilo camioneta para facilitar la demostración del sistema de combustible de hidrógeno. La estética se completó con una pintura personalizada, franjas decorativas de 3M y llantas cromadas Esfiha. En 1994, Vega estaba listo, incluyendo un dosel marino hecho con paneles solares.
Cómo funcionó Vega
El sistema Vega fue innovador para su época. él coincidió energía solar e hidrógeno para generar electricidad. La operación fue la siguiente:
- Uno generador de combustión interna, impulsado por hidrógeno, producía electricidad;
- Esta energía recargaba las baterías, conectadas a un inversor de corriente;
- El inversor alimentó el motor eléctrico, responsable de mover el vehículo.
Aunque las cifras de prestaciones eran modestas (una autonomía de 50 km y una velocidad máxima de 50 km/h), el originalidad del proyecto Lo hizo revolucionario. Sin embargo, el peso de 1,5 toneladas y la pesada dirección dificultaban la conducción.
El reconocimiento
Lo más destacado de Vega fue su actuación en Salón del Automóvil de 1994, donde llamó la atención del entonces presidente itamar franco. El proyecto ganó notoriedad, apareciendo en varios medios de comunicación. Al año siguiente, el coche fue exhibido en Brasilia, donde también fue presentado al presidente. Fernando Henrique Cardoso.
La evolución a Vega II
En 2004, con financiación de R$ 400 mil Por parte del Ministerio de Minas y Energía, Vega recibió importantes mejoras. Estaba equipado con un verdadero pila de combustible de hidrógeno, baterías nuevas y un motor eléctrico más eficiente. La capota fue sustituida por una estructura de fibra con laterales de cristal, que permitía ver la celda. Este modelo actualizado se llamó vega ii.
La idea era avanzar hacia la vega iii, que incluiría un reformador de etanol producir hidrógeno directamente en el vehículo, una tecnología de la que todavía se habla hoy en el sector automovilístico.
Decadencia y restauración
Desafortunadamente, el interés por el hidrógeno como combustible disminuyó y Vega fue abandonado gradualmente. En 2016, tras el traslado del Laboratorio de Hidrógeno, el coche quedó a la intemperie y comenzó a deteriorarse.
Hoy, el Centro Interdisciplinario de Planificación Energética (NIPE) de la Unicamp busca recursos para recuperar Vega. El costo estimado es R$ 75 mil, un valor pequeño en comparación con su potencial histórico y tecnológico.
Un futuro que podría haber sido
Imagínese si Vega hubiera traspasado los muros de la universidad y hubiera llegado a los garajes de los brasileños. Hoy en día, podríamos alimentar coches eléctricos de hidrógeno con etanol, tecnología que habría sido 100% nacional. Vehículos como el Toyota Mirai podría haber sido una realidad aquí hace décadas.
Conclusión
oh proyecto vega no era sólo un coche experimental; simbolizó el potencial de Brasil para innovar en el sector automotriz. Con su restauración, la Unicamp pretende recordar que el desarrollo de tecnologías sostenibles Es posible, incluso en escenarios adversos. Vega nos enseña que, con creatividad y determinación, podemos conseguir lo imposible.
¿Qué tal volver a soñar con un futuro sostenible y apoyar iniciativas como la restauración de Vega? Después de todo, el progreso comienza con ideas audaces y con personas como usted, dispuestas a creer en ellas.