Lobini H1: El proyecto brasileño que no salió adelante

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En la década de 2000, el mercado automovilístico brasileño experimentó el renacimiento de un sueño: la Lobini H1, un deporte genuinamente nacional. Después de la altura de fuera de serie En las décadas de 1970 y 1980, el escenario cambió con la apertura del mercado a las importaciones, pero iniciativas como la de Lobini demostraron que todavía había espacio para la creatividad y el ingenio brasileños. Fundada en 1998, Lobini fue creada por el empresario José Orlando Arrochela Lobo y por el ingeniero Fábio Birolini, con el objetivo de crear un deportivo nacional inspirado en modelos icónicos como el loto elisa.

El comienzo del viaje

Créditos: Reproducción

El desarrollo del Lobini H1 fue un verdadero desafío. Se consideraron varios motores, incluido un 3.0 V6 del Alfa Romeo 164, hasta que, en 2001, se decidió utilizar el motor 1.8 Turbo Motor de 20 válvulas con 180 caballos de fuerza y 23 kgfm de torque, tomado del VW Golf GTI y el Audi A3 1.8T. Esta configuración le dio al H1 el rendimiento que necesitaba para destacar.

El coche fue presentado al público en Salón del Automóvil de São Paulo en 2002 y nuevamente en 2004, pero el modelo final no comenzó a fabricarse artesanalmente hasta 2005. Durante este viaje, se realizaron varios ajustes para perfeccionar el diseño y la funcionalidad del vehículo.

Diseño e Innovación

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oh Lobini H1 impresionado con su diseño futurista y detalles únicos, como las puertas en el tijeras. Con cuerpo de fibra de vidrio y con un peso de apenas 1.030 kg, el H1 destacaba por su ligereza. El motor en posición centro-trasero y la distribución del peso (41% delante y 59% detrás) garantizaba unas excelentes prestaciones dinámicas.

Las dimensiones compactas contribuyeron al perfil deportivo: 3,72 metros de largo, 1,80 metros de ancho y solo 1,18 metros de altura. Con esto, Lobini logró De 0 a 100 km/h en unos 6 segundos y una velocidad máxima de 230 kilómetros por hora.

Equipamiento y detalles técnicos

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El H1 tenía suspensión independiente en las cuatro ruedas y frenos con discos ventilados delante y discos macizos detrás, asegurando un buen comportamiento en las pistas. los neumáticos Pirelli PZero completó el conjunto, reforzando la huella deportiva del modelo.

En el interior, el coche presentaba soluciones curiosas. Varios componentes fueron adaptados de modelos populares. Por ejemplo, los instrumentos eran de VW Golf, mientras que los botones de las ventanillas eléctricas provenían del Chevrolet Celta. A pesar de ser sencillo, el acabado reflejaba el espíritu artesanal del proyecto, con volante sparco y botón de inicio rojo.

Evolución del modelo

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En 2006, el Brax Automóviles adquirió Lobini, aportando importantes actualizaciones al H1. el modelo 2007 presentó un nuevo frontal, con faros circulares, llantas rediseñadas y un kit aerodinámico más agresivo. Internamente, los clientes podían personalizar los asientos de cuero e incluir opciones como faros de xenón, GPS e inserciones de fibra de carbono en el salpicadero.

oh precio inicial de R$ 160.000, ajustado a la época, correspondía hoy a aproximadamente R$ 375.000, considerando la inflación. La versión especial H1 Edición Blanca, lanzado en 2011, costo R$ 170.000 (en ese momento, alrededor R$ 400.000 actual). En esta edición se logró aumentar la potencia del motor a 220 caballos de fuerza por R$ 10.000 adicionales.

El fin de la producción

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A pesar del potencial, Lobini enfrentó dificultades para consolidar el primer semestre en el mercado. Entre 2005 y 2012, sólo alrededor 70 unidades. La competencia con marcas internacionales y la falta de escala hicieron inviable continuar con el proyecto.

Hoy en día, el Lobini H1 es un clásico raro y preciado, con pocos ejemplares circulando en Brasil. Representa un hito en la historia de los deportivos nacionales, siendo recordado como un ejemplo de ingenio y pasión por el automovilismo.

Conclusión

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Al recordar el Lobini H1, entiendes la fuerza de un sueño que tomó forma en un mercado desafiante. Cada detalle, desde el motor hasta el diseño, refleja la dedicación de sus creadores para ofrecer un automóvil deportivo único. Aunque su producción fue breve, el legado del H1 sigue vivo en la memoria de los amantes de los autos y en el orgullo de tener un deportivo brasileño destacado. Hoy en día, si encuentra un Lobini H1 a la venta, prepárese para pagar un alto precio por esta rareza y por una parte de la historia automotriz de Brasil.

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