oh Hofstetter, uno de los pocos deportes nacionales Producida en Brasil, es una obra maestra de innovación y perseverancia. Su historia comienza en los años 70, cuando un joven visionario llamado Mario Richard Hofstetter decidió crear un coche con un diseño inspirado en reconocidos estudios italianos. Hoy, en 2025, este vehículo es una pieza rara y un hito de la creatividad y el ingenio brasileños en el sector automovilístico.
EL COMIENZO DE UN SUEÑO
Todo empezó en 1968, cuando Mário, todavía con 12 años, vio imágenes del Bertone Carabo en el Salón de París. Con líneas en forma de cuña y un diseño futurista, el concept car conmovió profundamente al niño. A partir de ese momento decidió crear un coche deportivo igual de impresionante.
En 1971, otro modelo llamó su atención: el Maserati Bumerang, de Giorgetto Giugiaro, mostrado en Salón del Automóvil de Ginebra. Este vehículo se convirtió en la principal influencia del proyecto de Mário, consolidando su visión de crear un automóvil único y atrevido.
En 1972, con sólo 16 años, Mário dibujó los primeros bocetos de lo que se convertiría en el Hofstetter. Al año siguiente, en la construcción de carrocerías se empezó a utilizar fibra de vidrio, un material ligero e innovador para la época.
EL PRIMER PROTOTIPO
El padre de Mario, Felix Hofstetter, inicialmente dudó de la capacidad de su hijo. Sin embargo, cuando vio la carrocería terminada en 1975, quedó impresionado y decidió apoyar el proyecto. Para probar el diseño, Mário adaptó la carrocería a un chasis de carreras y realizó pruebas en las calles de São Paulo, experiencia que también trajo valiosas lecciones de mecánica.
Un punto destacable de esta fase fue la adquisición de un motor Hart-Hewland utilizado en competiciones de Fórmula 2 Aunque potente, el motor no era práctico para el uso urbano, lección que ayudó a Mário a ajustar sus expectativas para la versión definitiva del coche.
LA EVOLUCIÓN DEL PROYECTO
Después de años de trabajo y adecuaciones, el proyecto Hofstetter comenzó a tomar forma definitiva en 1984. Mário optó por utilizar el motor 1,8 alcohol del Objetivo GT, que producía 100 caballos de fuerza. Sin embargo, para satisfacer las expectativas del público y alinear el desempeño con un diseño agresivo, agregó un turbocompresor, aumentando el poder de 140 CV.
El coche tenía características únicas para la época, como:
- Puertas en forma de tijera, accionado electrónicamente;
- faros retráctiles;
- paneles digitales;
- Un sistema de aire acondicionado integrado debido a la ausencia de ventanas que se abren.
A pesar de estas innovaciones, la ausencia de ventanas funcionales planteó desafíos. Para sortearlas, Mário implementó una pequeña abertura corrediza en las ventanas de acrílico.
PRODUCCIÓN Y DESAFÍOS
En 1986, la pequeña fábrica de Vila Olímpia, en São Paulo, comenzó a producir el Hofstetter. Sin embargo, el contexto económico inestable de Brasil en ese momento impactó directamente los planes de expansión. A pesar de todas las dificultades, la producción continuó a un ritmo reducido.
La mecánica también ha evolucionado. El motor ha sido actualizado a un turbo de 2,0 litros, derivado de Volkswagen Santana, que mejoró el par y la aceleración. A pesar de estas mejoras, el Hofstetter nunca se produjo a gran escala.
Entre 1986 y 1993, sólo 18 unidades fueron fabricados, lo que lo convierte en un artículo extremadamente raro y codiciado entre los coleccionistas.
EL LEGADO DE HOFSTETTER
Hoy, Mario Hofstetter Conserva en su colección personal el primer prototipo, la primera unidad con mecánica definitiva y la penúltima unidad producida. Estas reliquias son testimonios de su pasión y determinación.
oh Hofstetter Es más que un coche; representa la capacidad de Brasil para crear un deporte de alto nivel con recursos limitados. Su diseño futurista y su inspiradora historia siguen atrayendo admiradores y entusiastas.
CONCLUSIÓN
De cara al año 2025, Hofstetter sigue siendo un símbolo de innovación y valentía. Cada detalle del auto cuenta una historia de superación y visión creativa, que comenzó con el sueño de un joven en São Paulo.
Si tienes la oportunidad de ver un Hofstetter De cerca, sepa que está ante una obra de arte sobre ruedas. Un deporte que no sólo desafía los estándares, sino que también lleva el espíritu de un Brasil soñador y emprendedor.
Valorar nuestra historia automovilística es fundamental, y el Hofstetter es, sin duda, una joya poco común que merece ser celebrada.