El auto en cuestión es un Fiat Uno CS 1984/85, que está bajo el cuidado de la misma familia desde 1994.
Este hecho por sí solo sería suficiente para despertar el interés de muchos entusiastas.
Pero lo que realmente distingue a este proyecto es el contexto en el que fue concebido y su ejecución.
Después de enfrentar dificultades con los talleres de reparación y pintura, Daniel decidió hacer todo por su cuenta, sin prisas y con el objetivo de crear algo que honrara la memoria de su madre.
El plan era transformar el Uno en un coche inspirado en el legendario Lancia Delta HF Integrale, uno de los hot hatch más emblemáticos de la historia.
Para lograrlo, el Uno pasó por una restauración completa de la carrocería, siguiendo los propios estándares de Fiat.
Posteriormente, el proyecto evolucionó con la instalación de un kit de carrocería de fibra de carbono una elección audaz y sin precedentes en Brasil en ese momento.
Y tú, ¿qué piensas?
¿Vale la pena el precio de venta de este Fiat Uno o sería otro capítulo en un mercado donde la exclusividad dicta el valor?