En 29 de junio de 1966, un hecho histórico que marcó el automovilismo brasileño.
un vehículo llamado carcara, con un diseño aerodinámico y una historia tan destacable como su nombre, alcanzó 212,903 kilómetros por hora, estableciendo el primer récord brasileño de velocidad absoluta.
Este logro ocurrió en la antigua BR-2 Río-Santos, que hoy corresponde a la Avenida das Américas, en Barra da Tijuca, en Río de Janeiro.
El nombre “Carcará” no fue elegido al azar.
Él honra el ave rapaz de la familia falcónida, conocida por su coraje y agilidad.
Al igual que el pájaro, el vehículo era audaz y estaba decidido a superar los desafíos.
Curiosamente, en 1966, la música “Cárcara”, interpretado por María Bethânia, también tuvo éxito en Brasil, con versos que exaltaban la fuerza y la valentía del pájaro, “el animal que vuela como un avión”.
Si el Carcará batió su récord en 1966 con tecnología limitada y mucha creatividad, imagina lo que está por venir en el mundo del automóvil,
donde la innovación y la audacia siguen guiando a los apasionados de la velocidad.