Si eres un apasionado de los vehículos y la historia, seguro que quedarás impresionado por el trayectoria de la Fábrica Nacional de Automóviles (FNM), el primer fabricante de vehículos de Brasil. Fundada en 1942, FNM inició la producción de camiones en 1949, marcando el inicio de una era de desarrollo industrial en el país. Con una fuerte conexión con Tecnología italiana de Alfa Romeo, estos camiones, conocidos como “Fenemês”, fueron fundamentales para configurar el transporte de carga en un Brasil cambiante.
En este artículo conocerás en detalle cómo inició FNM, su evolución tecnológica, los desafíos que enfrentó y el impacto que tuvieron sus camiones en el país.
El nacimiento del FNM
La historia de la FNM comenzó en 1942, en su totalidad Segunda Guerra Mundial. Creado por el gobierno de Getulio Vargas, la fábrica tenía como objetivo producir motores de avión en colaboración con la empresa norteamericana Wright. Situado en el distrito de Xerém, en Duque de Caxias (RJ), la unidad inició sus operaciones en 1946, pero la guerra ya había terminado, dejando la fábrica con capacidad ociosa.
Fue entonces cuando, después de mucho debate, el gobierno decidió utilizar las instalaciones para fabricar camiones. En 1949, FNM firmó una asociación con Isotta-Fraschini, una empresa italiana que estaba en declive financiero. El resultado fue el FNM D-7300, un robusto camión equipado con un motor diésel de seis cilindros y 7,3 litros, capaz de producir 100 CV. Se diferenciaba de los modelos norteamericanos de gasolina, que dominaban las carreteras brasileñas, destacándose por su durabilidad y eficiencia.
La era de Alfa Romeo
La quiebra de Isotta-Fraschini detuvo la producción del D-7300 después de aproximadamente 200 unidades fabricadas. Sin embargo, en 1950, Alfa Romeo se asoció con FNM, trayendo nuevos modelos y modernizando la línea de producción. El primer fruto de esta colaboración fue la FNM D-9500, inspirado en el Alfa 800 italiano, pero con ajustes para satisfacer las exigencias brasileñas.
Con motor diésel 9,5 litros Es 130 CV, el D-9500 tenía capacidad para transportar hasta 14 toneladas con remolque. También presentó frenos neumáticos y una caja de cambios con ocho marchas, ofreciendo más control y seguridad en las carreteras.
La producción comenzó a nacionalizarse a partir de 1953, con componentes como neumáticos, radiadores y ejes fabricados en Brasil. En 1955, el índice de nacionalización alcanzó 54%, y FNM ya estaba superando a marcas internacionales como Mercedes-Benz y Volvo en número de camiones en circulación.
El éxito de la D-11000
En 1957, FNM lanzó el D-11000, que se convirtió en un auténtico icono. Con motor diésel 11 litros Es 150 CV, el modelo era conocido por su resistencia, capacidad de carga de hasta 18 toneladas con remolque y tres opciones de distancia entre ejes. Además, su cabina ofrecía espacio para dos literas, una innovación que facilitó los viajes largos.
A pesar de todo su éxito, el D-11000 enfrentó un problema técnico que le valió el sobrenombre de “vientre de agua”. El bloque del motor era poroso, lo que permitía que el refrigerante se filtrara al aceite, lo que podía causar daños graves. La fábrica corrigió rápidamente el defecto, sustituyendo los motores y devolviendo la confianza en el modelo.
Cabañas personalizadas: un toque brasileño
Una de las características más llamativas de los camiones FNM era la posibilidad de personalizar las cabinas. Aunque la propia fábrica producía algunos, empresas como Brasinca, Metro y Drulla Ofreció opciones con diseños exclusivos. Estas cabañas variaban en estilo, materiales e incluso en la forma de abrir las puertas.
Por ejemplo, las cabinas de Brasinca tuvieron un acabado sofisticado, mientras que las de Metro innovaron con parabrisas basculantes para una mejor ventilación. La diversidad de opciones hizo aún más populares los “Fenemês”, adaptándose a las necesidades de los transportistas.
El desafío de la modernización
En la década de 1960, el FNM enfrentó nuevos desafíos. A pesar de alcanzar Nacionalización 97% en sus camionetas, la marca comenzó a perder espacio frente a competidores como Mercedes-Benz y el Scania, que ofrecía tecnologías más avanzadas.
En 1967, Alfa Romeo se hizo cargo completamente de FNM, modernizando la línea de producción e introduciendo nuevos modelos, como el V-12, con capacidad para 15,2 toneladas, y el V-17, que trajo la configuración de dos ejes direccionales para aumentar la capacidad sin violar las leyes de peso.
El fin de una era
En 1974, Fiat adquirió 43% de acciones de FNM y, dos años después, asumió el control total. El acrónimo FNM siguió apareciendo en nuevos modelos hasta 1977, cuando la empresa pasó a llamarse Fiat Diésel. La producción de camiones continuó hasta 1985, poniendo fin a una historia de 78 mil camiones fabricados.
Legado y relevancia
Los camiones FNM eran mucho más que vehículos utilitarios. Representaron el comienzo de Industrialización automotriz brasileña y desempeñó un papel crucial en el desarrollo del país. Ya sea en las obras de brasilia, en la apertura de vías como Transamazónica, o en el transporte de cargas esenciales, los “Fenemês” eran verdaderos héroes de las carreteras.
Hoy en día, estos camiones son piezas de colección, valoradas por su historia y robustez. Restaurados, pueden alcanzar altos precios en el mercado, siendo un testimonio de la importancia del FNM para la identidad brasileña.
Conclusión
La historia de FNM es un ejemplo de cómo la innovación, incluso en tiempos de incertidumbre, puede transformar la economía y la infraestructura de un país. Si miras el “Fenemês” de hoy, verás mucho más que simples camiones viejos: verás un símbolo de pionero y superación. Así que la próxima vez que escuche el profundo rugido de un motor diésel, recuerde: era el FNM que inició este viaje por las carreteras brasileñas.
¿Qué tal compartir esta historia con más personas? Al fin y al cabo, rescatar el pasado es también una forma de valorar el futuro.