El clásico Karmann Ghia en Brasil

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oh Karmann Ghia Es un automóvil que combina elegancia, ingeniería sencilla y una rica historia. Producido inicialmente en Alemania y luego en Brasil, se convirtió en uno de los coches más bellos y deseados de Volkswagen. Con tu Carrocería hecha a mano y el diseño italiano, el modelo es un ícono que atraviesa generaciones.

La Europa de posguerra y el nacimiento del Karmann Ghia

Créditos: Divulgación

En la década de 1950, Europa comenzaba a reconstruirse después de la devastación de la Segunda Guerra Mundial. Con las economías emergentes, los consumidores buscaban automóviles más sofisticados pero aún asequibles. EL volkswagen, ya conocido por escarabajo y por combi, quería ampliar su cartera con un vehículo deportivo y elegante.

Para ello, el fabricante de automóviles alemán recurrió a Karman, un fabricante de carrocerías. Karmann, a su vez, buscó la Taller de carrocería Ghia, una empresa italiana reconocida por sus diseños innovadores. Así nació el proyecto que daría como resultado el Karmann Ghia, presentado en 1955.

El modelo combinaba el fiable chasis y la mecánica del Beetle con una carrocería diseñada por Ghia y producida por Karmann. Esta asociación dio como resultado un automóvil de líneas elegantes y una producción casi artesanal, utilizando técnicas como el estaño para ocultar las soldaduras.

Las versiones y sus características

Inicialmente, el Karmann Ghia fue lanzado como un cupé, pero pronto apareció la versión convertible, ampliando su atractivo entre los consumidores. Su motor era el mismo que el del Beetle, un 1.200 aire, que entregaba unos 30 caballos de fuerza.

Con el paso de los años, el modelo recibió mejoras en su motor, como el motor 1.500 y posteriormente el 1.600, lo que aumentó la potencia y la eficiencia.

Llegada a Brasil

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En 1962, Brasil se convirtió en el único país fuera de Alemania en fabricar el Karmann Ghia. Esta hazaña sólo fue posible gracias a la visión del entonces presidente de Volkswagen do Brasil, Friedrich Schultz-Wenk, quien convenció a Karmann para que abriera una fábrica en el país.

La producción brasileña mantuvo el mismo estándar artesanal que la alemana. Volkswagen suministró el conjunto mecánico, mientras que Karmann montó la carrocería. Entre 1962 y 1971 se produjeron 23.570 unidades, siendo solo 177 convertibles, lo que hace que estas versiones sean extremadamente raras y apreciadas hoy en día.

La evolución y sus sustitutos

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En Europa, el Karmann Ghia obtuvo una nueva versión en 1962, conocida como Tipo 34 o Karmann Ghia 1500. Este modelo se basó en la plataforma Tipo 3 y tenía un diseño más cuadrado, con líneas menos redondeadas. Sin embargo, su producción se limitó a 42.505 unidades hasta 1969, lo que lo convirtió en un modelo menos popular.

En Brasil, el Karmann Ghia TC surgió como sucesor del modelo original en 1972. Inspirado en el diseño del Porsche 911, fue construido sobre la plataforma de Tipo 3 y equipado con el motor 1.6 refrigerado por aire de 65 CV. A pesar de su atractivo visual, el TC tuvo una producción limitada a 18,119 unidades hasta 1975.

El legado

Incluso décadas después del final de su producción, el Karmann Ghia Sigue siendo un coche venerado por coleccionistas y entusiastas. Su diseño atemporal y su exclusividad, especialmente en Brasil, lo convierten en un vehículo codiciado.

Hoy en día, un ejemplar bien conservado del modelo puede alcanzar valores que superan R$ 200.000, dependiendo de su estado y originalidad. Ya el Convertibles brasileños, dada la baja producción, puede superar fácilmente la R$ 400.000.

Conclusión

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oh Karmann Ghia No es solo un coche; Es una obra de arte sobre ruedas. Creado en una época en la que la funcionalidad era esencial, consiguió combinarla con la sofisticación, convirtiéndose en un hito en la historia del automóvil.

Ya sea en Alemania o en Brasil, el Karmann Ghia dejó un legado incomparable. En su totalidad 2024, sigue deleitando, siendo una presencia garantizada en los eventos de coches clásicos y un símbolo de una época en la que el diseño automovilístico se tomaba en serio.

Si deseas adquirir uno de estos íconos, prepárate para una inversión significativa. Pero una cosa es cierta: la Karmann Ghia Vale cada centavo, no sólo como coche, sino como una pieza viviente de la historia.

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