En 2019, el Jaguar I-Pace Fue aclamado como el Coche del año en el mundo, representando una promesa de innovación en el mercado de vehículos eléctricos. Sin embargo, importantes problemas con las baterías llevaron a Jaguar a tomar la drástica decisión de recomprar y destruir miles de unidades de este modelo.
Qué pasó
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Las ventas del Jaguar I-Pace nunca cumplieron las expectativas iniciales. Además, el modelo se enfrentó a varios recuerda, problemas de confiabilidad e incluso incidentes de incendio. El problema principal estaba en las baterías proporcionadas por LG, que eran propensos a sobrecalentarse, aumentando el riesgo de incendio. Los intentos de solucionar este problema mediante actualizaciones de software no han tenido éxito.
Para finales de 2024, Jaguar ha anunciado la recompra de aproximadamente 2.800 unidades en Estados Unidos. Se han implementado programas similares en otros países, como el Reino Unido. Las imágenes de un depósito de chatarra en el Reino Unido que muestran varios coches Jaguar I-Pace apilados se han vuelto virales en las redes sociales, simbolizando un final melancólico para el modelo.
Análisis de problemas
Las baterías defectuosas fueron fabricadas por LG Química en 2017. Problemas similares han ocurrido con otros vehículos eléctricos, como el Chevrolet Bolt EV, lo que dio lugar a retiradas de productos y a importantes compensaciones económicas. Los modelos I-Pace afectados fueron producidos entre enero de 2018 y marzo de 2019 por Magna Steyr, en Austria.
Impacto financiero y de imagen
Con un precio inicial de US$ 72.500 (aproximadamente R$ 360.000), el I-Pace ha visto empañada su reputación. La recompra y destrucción de las unidades afectadas representa un coste importante para Jaguar, además de dañar la confianza de los consumidores en la marca.
La respuesta del jaguar
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En mercados como Portugal, Jaguar ha optado por sustituir las baterías de los modelos afectados u ofrecer la recompra de los vehículos, permitiendo a los clientes utilizar el valor para la compra de un nuevo vehículo de la marca.
Conclusión
La situación del Jaguar I-Pace pone de relieve los desafíos que enfrentan los fabricantes de automóviles en la transición a los vehículos eléctricos. Los problemas de confiabilidad pueden tener impactos significativos en la reputación y las finanzas de una empresa. Jaguar, que planea convertirse en una marca totalmente eléctrica a finales de la década, necesitará abordar estos desafíos de manera efectiva para garantizar su éxito futuro.