El mercado automovilístico brasileño siempre estuvo marcado por lanzamientos que conquistaron generaciones y definieron los gustos de muchos conductores. Entre los íconos de esta trayectoria se encuentra el Fiat 147, un modelo que, si bien no era el más lujoso ni el más potente de la época, se ganó un lugar en el corazón de los brasileños. Y hay una historia fascinante sobre uno de estos ejemplos, una historia que combina pasión, dedicación y un cariño especial por los automóviles que trasciende generaciones.
El origen de la pasión: Fiat 147 y los primeros pasos de un comerciante
Cuando la madre de Mauricio Tchakerian le permitió aprender a conducir en su Fiat 147Ciertamente no imaginaba que ese momento de aprendizaje con el pequeño hatchback compacto, en los años 80, sería el punto de partida de una pasión que duraría toda la vida. Para los adolescentes de aquella época, el coche era más que un simple medio de transporte; representó libertad, aprendizaje y el inicio de una profunda relación con el mundo del automóvil.
Con el paso de los años, Tchakerian, ya adulto y comerciante, empezó a buscar ejemplos bien conservados del modelo que marcó su juventud. Sin embargo, su búsqueda no se limitó al hatchback. Quería algo aún más especial: el modelo. camioneta fiat 147, lanzada en 1978 y considerada una de las primeras camionetas tamaño pequeño de Brasil.
“Ésta fue la primera camioneta pequeña del país. Llamada cariñosamente 'fabricante de jabón', tiene un estatus diferente en la línea 147, ya que es muy raro”, explica con entusiasmo Maurício Tchakerian. Y no estaba exagerando. De hecho, la camioneta Fiat 147, o “jabonera”, como muchos la llaman, se ha convertido en un símbolo de rareza y exclusividad en el mercado de los coches clásicos. Su estructura sencilla y robusta, combinada con su tamaño compacto, lo hacían ideal para quienes buscaban un vehículo práctico para el trabajo, pero con la versatilidad de un modelo touring.
Conociendo al espécimen perfecto
La búsqueda de Tchakerian de un camioneta fiat 147 cumplir con sus expectativas no fue fácil. Durante años buscó, pero no pudo encontrar un ejemplar que estuviera en buenas condiciones y tuviera la estructura completa que quería. “Los modelos Fiat no tenían protector de cazo y eran aún más abusados”, recuerda el concesionario. Para él, encontrar un modelo conservado sería una misión casi imposible, sobre todo tratándose de una pickup de una época en la que el cuidado de los vehículos no siempre era el más esmerado.
La suerte de Tchakerian cambió en 2008 cuando se encontró, por primera vez, con un camioneta fiat 147 amarillo, que se encontraba en las últimas etapas de restauración y a la venta online. En un primer momento, el concesionario tuvo dudas sobre la calidad del trabajo realizado, ya que al observar el vehículo parecía que la restauración se había hecho de forma apresurada y sin los cuidados necesarios. Pero, en lugar de desanimarse, decidió arriesgarse.
“Ya estaban listas la mecánica, carrocería y pintura, que requerirían más tiempo de trabajo. Pero el anterior propietario quería ahorrar dinero y utilizó piezas de acabado muy desgastadas”, afirma Tchakerian. Entonces tomó una decisión audaz: compró el vehículo y decidió restaurarlo desde cero, comprando piezas nuevas y reemplazando todo lo necesario para devolverle la vida. Fiat 147 volver a su estado original.
Nueve meses después, la camioneta Fiat 147 fue completamente restaurada y modernizada. El motor de gasolina 1.3 se mantuvo en su configuración original, pero el aspecto recibió toques originales por parte del nuevo propietario. Gafas degradadas, suspensión ligeramente rebajada y ruedas deportivas le dio a la pickup un aspecto más juvenil y deportivo, sin perder las características que la hacían única.
el trabajo de restauración interpretada por Tchakerian no pasó desapercibida en las calles. Muchos conductores que vieron la camioneta en las calles, encantados por su apariencia, no creyeron que se tratara de un modelo original de 1980, ya que el trabajo de renovación fue tan perfecto que parecía una creación nueva. Tchakerian, con su personalidad única, no duda en compartir la historia, pero al mismo tiempo bromea con las personas que creen que él fue el responsable de crear la camioneta.
“Algunos me dicen que la adaptación fue excelente. A veces lo dejo pasar y digo gracias, otras veces digo la verdad. Pero hay gente testaruda que intenta convencerme de que la camioneta nunca existió”, dice con una sonrisa en el rostro.
Aunque el comerciante aprecia las reacciones de la gente al ver su Camioneta Fiat 147 en la calle, afirma que los momentos más gratificantes son los que pasa en su cochera, donde se conserva cuidadosamente la camioneta. “Mi satisfacción es pasar un paño húmedo por la carrocería, ponerla en marcha y comprobar que el ralentí es perfecto”, confiesa Tchakerian, que dedicó horas y horas al cuidado de su vehículo.
La camioneta no es sólo una reliquia automotriz para Tchakerian; ella también es un vínculo emocional con su historia y su familia. Tchakerian es un hombre de familia y el Fiat 147 pasó a formar parte de sus recuerdos más preciados. Para él, la camioneta es el símbolo de un pasado que no quiere olvidar y que quiere transmitir a su hijo, Henrique, que ahora tiene sólo siete años.
“Una de las primeras palabras que aprendió a hablar fue 'Amarelinho', como llama al coche. Veo la camioneta y veo a mi hijo jugando en la cama. Fue uno de los recuerdos de su infancia que más me marcó”, dice con los ojos brillantes.
La camioneta 147 y el futuro
La historia de este camioneta fiat 147 por Tchakerian no se trata sólo de una restauración o de un vehículo raro y valioso. se trata de recuerdos, familia y la preservación de un legado automovilístico que, por simple que sea, está lleno de significado. De cara al futuro, Tchakerian ya sabe qué pasará con el coche que tanto le importa.
“Nunca pienso en vender la camioneta. Está prometida a mi hijo. Ya tiene el nombre del coche y el cariño que le tiene. Seguramente será suyo”, afirma Tchakerian. Y, para él, nada es más gratificante que ver a la próxima generación enamorarse de un automóvil que representa gran parte de su historia.
En 2024, en medio del auge de los automóviles modernos y los nuevos modelos de camionetas Es escotillas estrenada en Brasil, la historia de Tchakerian y su camioneta fiat 147 es un recordatorio de que los coches, más que los vehículos, son guardianes de la memoria. Son piezas que van más allá de la ingeniería y el diseño, tocando emociones y pasando de generación en generación.
Este es el legado de un empresario que, manteniendo su Fiat 147 Impecable en su garaje, también mantiene viva una parte de la historia de Brasil sobre ruedas. EL Amarillo, como lo llama cariñosamente Henrique, todavía tiene mucho que contar y muchos momentos por vivir. Y quién sabe, dentro de unas décadas el pequeño Henrique también podrá contarles a sus hijos cómo este coche mágico formó parte de su propia infancia.
Al final, la verdadera esencia de un Coche clásico no está en el precio de venta ni en la rareza del modelo, sino en el recuerdos que proporciona y la historia que representa.