Desarrollar una nueva generación de Chevrolet Onix Exige enormes inversiones, cifras que superan fácilmente los miles de millones de reales. Por este motivo, un vehículo tarda más de cinco años en recibir su sucesor, lo que permite amortizar la inversión. Sin embargo, algunos aspectos de un coche envejecen más rápido que este período, y ahí es donde las intervenciones estilísticas entran en juego como solución intermedia.
Para la chevrolet, esta intervención es crucial: el nuevo Spin ya ha visto su restyling revelado, y el próximo en sufrir esta transformación será el T10, con presentación prevista para este mes. Al acercarnos al período de transición entre 2024 y 2025, será el turno de los protagonistas de General Motors en Brasil -Onix, Onix Plus y Tracker- de recibir su actualización.
La actual generación de Chevrolet Onix y Onix Plus se lanzaron en 2019 y recibieron una acogida mucho más cálida, en términos de diseño, que sus principales competidores. Hyundai HB20 y HB20S. Sin embargo, el dúo Hyundai se renovó en 2022 y ahora es el momento de que Chevrolet responda con mejoras adicionales.
Según se determinó, el estilo del Chevrolet Onix 2025 seguirá los lineamientos globales de la marca, adoptando elementos similares a los de modelos más caros, como los SUV de tamaño completo provenientes de Estados Unidos y los nuevos autos eléctricos.
Destaca especialmente la nueva parrilla “infinita”, que se prolonga hasta el final del paragolpes, adquiriendo una forma trapezoidal a medida que se ensancha. El icónico emblema de Chevrolet permanece en la parte superior, sobre una delgada regla, aunque la preferencia de los brasileños por los tonos negros brillantes puede reemplazar el anterior borde cromado.
Otro cambio significativo serán los faros, que serán más cónicos y alargados, con una nueva firma luminosa y lámparas LED con haces más uniformes, dándoles un aspecto discreto en busca de modernidad.
En la zaga, los cambios serán más sutiles, limitándose a una nueva firma visual en los faros y pequeños retoques en los difusores. Una diferencia notable entre los modelos estará en el paragolpes delantero, donde el restyling brasileño incluirá extensiones de carrocería en forma de L, involucrando la nueva parte inferior y reubicando los faros auxiliares hacia arriba. A diferencia de la línea actual, se espera que el conjunto óptico sea íntegramente LED, al menos en las versiones más caras.
En cuanto al Tracker, una referencia es el SUV mediano Trax, vendido tanto en China como en Estados Unidos. La parrilla delantera tendrá una forma trapezoidal similar a la línea Onix y, naturalmente, a la Trax, extendiéndose hasta el final del parachoques.
El apartado de faros auxiliares, por su parte, tendrá un diseño propio, con salientes laterales que simulan tomas de aire, una franja de luces de circulación diurna en forma de regla vertical y espacio para las luces justo debajo. Los cambios en la parte trasera serán discretos, probablemente limitados al interior de los faros. Si bien Onix y Onix Plus pueden recibir un nuevo parachoques trasero, es probable que el Tracker conserve el actual.
Las innovaciones internas seguirán de cerca las aplicadas en el Spin: un panel de instrumentos digital y un centro multimedia flotante, con pantallas de aproximadamente 20 pulgadas unidas bajo un mismo marco. La calidad de imagen suele ser superior, con funciones de conectividad que incluyen aplicaciones de streaming que se ejecutan de forma nativa (eliminando la necesidad de utilizar Android Auto y Apple CarPlay) y aprovechan la conectividad 4G y la presencia de Amazon Alexa.
Mejoras mecánicas
El cambio de aspecto sirve de reclamo publicitario, en un amplio movimiento que va desde los nuevos anuncios en los medios hasta la propia atención de la gente, que nota un coche diferente en las calles. Este es el atractivo que se completa cuando el potencial comprador descubre que, además de todo esto, los nuevos Chevrolet nacionales son más potentes.
Esta posibilidad surge del radical cambio de rumbo de GM, que inicialmente apostó por una transición abrupta de sus modelos actuales a vehículos eléctricos, abandonando los híbridos, pero luego dio marcha atrás. Los ejecutivos se dieron cuenta de que esto resultaría en una caída drástica de las ventas en los países emergentes, donde Chevrolet podría perder su posición como generalista hasta que los vehículos eléctricos se volvieran dominantes. Esta es una posibilidad cada vez más real, especialmente con la creciente influencia china en mercados como el nuestro, donde se matricularon 327.686 unidades GM en 2023.
En Brasil, el esfuerzo de electrificación (ahora gradual) comenzará con la adaptación de los motores existentes a estándares de emisiones más estrictos, que entrarán en vigor el próximo año. Finalmente, la inyección directa llegará a los motores 1.0 turbo y 1.2 turbo, cuya ausencia en 2019 se justificó por el aumento de los costes de mantenimiento.
Además de emitir menos contaminantes, el motor 1.0 turbo del Onix tiene muchas posibilidades de convertirse en el más potente del país en esta categoría. Actualmente entrega 116 CV y 16,3 kgfm, pero en China, donde ya se utiliza la inyección directa, su potencia alcanza los 125 CV y 18,3 kgfm. Se trata de gasolina, que también genera 125 CV, por ejemplo en el Fiat Pulse. Con etanol, el SUV de Betim (MG) produce 130 CV, lo que significa que el combustible brasileño podría ser la diferencia que garantice otro activo de ventas para General Motors.
En el caso del motor 1.2 turbo, la introducción de la inyección directa y ajustes adicionales tienen el potencial de aumentar su potencia hasta los 137 CV y 22,4 kgfm, frente a los 133 CV y 21,5 kgfm actuales.
Estas mejoras no se limitan sólo a la estética, sino que también abarcan aspectos mecánicos esenciales. El cambio de estilo sirve como estrategia publicitaria, llamando la atención de los consumidores sobre las mejoras sustanciales bajo el capó.
La decisión de General Motors de revisar su estrategia de transición hacia los vehículos eléctricos demuestra sensibilidad ante las demandas de los mercados emergentes, como Brasil. Adaptar los motores existentes a estándares de emisiones más estrictos es una medida necesaria para cumplir con las regulaciones ambientales y al mismo tiempo mantener la competitividad de la marca en el mercado nacional.
La introducción de la inyección directa en los motores 1.0 turbo y 1.2 turbo supone un importante avance en términos de eficiencia y prestaciones. Además de reducir las emisiones contaminantes, esta tecnología tiende a mejorar la potencia y el par del motor, proporcionando una experiencia de conducción más dinámica y con mayor capacidad de respuesta.
En el caso del Chevrolet Onix, estas mejoras mecánicas prometen convertirlo en una opción aún más atractiva en el segmento compacto, destacándose no sólo por su renovado diseño, sino también por su mejora en desempeño y eficiencia energética.
En definitiva, la nueva imagen del Chevrolet Onix, acompañada de mejoras en el motor 1.0 turbo, representa un paso importante para mantener la competitividad de la marca en el mercado brasileño. Estos cambios no sólo revitalizan la estética del vehículo, sino que también refuerzan su rendimiento y eficiencia, satisfaciendo las demandas de tecnología e innovación de los consumidores. Con esto, Chevrolet reafirma su compromiso de ofrecer productos de calidad que satisfagan las necesidades y expectativas de los clientes brasileños.
Y sigue la basura del 3 cilindros, con la que no cuentan porque ni China la quería.