¿Has pensado alguna vez en darle una nueva vida a tu viejo coche y además ayudar al medio ambiente? Eso es exactamente lo que hizo Tiago Slaga, técnico en automatización de Paraná, al transformar su Celta 2001 en un coche electrico. Lo más sorprendente es que reutilizó 500 baterías de portátiles y un motor industrial para esta hazaña, demostrando que innovación y sostenibilidad pueden ir de la mano.
La revolución de la conversión automotriz
La idea de convertir vehículos propulsados por combustibles fósiles en coches electricos No es nuevo. Grandes empresas como General Motors ya están invirtiendo en kits de electrificación, buscando transformar el parque mundial de coches convencionales en vehículos 100% libre de carbono. Sin embargo, la iniciativa de Tiago llama la atención por su sencillez y creatividad, utilizando materiales reciclados y conocimientos técnicos en mantenimiento industrial.
¿De dónde surgió la idea?
Tiago se inspiró viendo vídeos en Internet sobre conversiones similares. Su experiencia en mantenimiento industrial le dio la confianza para intentar algo que nunca antes había visto: adaptar un motor industrial a un automóvil. Según él, el proceso comenzó con pruebas en banco para verificar si el motor podía funcionar con baterías utilizando un inversor de frecuencia.
El proceso de transformación
La conversión comenzó con la retirada del motor original del Celta. Tiago necesitaba crear un brida — pieza que conecta el motor a la caja de cambios — y alinearla perfectamente. Después de este paso, inicialmente utilizó baterías de plomo en el maletero del vehículo. Aunque el auto andaba, el alcance era extremadamente bajo, con sólo 15 km por carga, además del excesivo peso de las baterías.
Fue entonces cuando Tiago se dio cuenta de la necesidad de utilizar pilas. iones de litio, conocidos por su ligereza y mayor eficiencia. Sin embargo, el elevado coste de las nuevas células haría inviable el proyecto. ¿La solución? Recicle las baterías de portátiles desechadas.
La construcción del Celta Eléctrico
Después de un año de coleccionismo, Tiago logró reunir 455 baterías para portátiles viejo, con planes de expansión para 500 unidades. Estas baterías se conectaron para proporcionar energía a un motor industrial que entrega 12,5 caballos de fuerza. Con esta configuración, el Celta eléctrico consigue una autonomía de 100 km por carga, con un tiempo de recarga de aproximadamente 10 horas.
Desafíos y riesgos
Aunque el proyecto de Tiago es innovador, el uso de baterías recicladas presenta riesgos. Ricardo Takahira, ingeniero y especialista en coches eléctricos, advierte del peligro de sobrecalentamiento de las baterías, especialmente si la temperatura supera 60°C, que puede provocar incendios.
Además, la conversión del vehículo debe seguir las normas del DMV para garantizar la seguridad y la legalidad. Esto incluye el uso de materiales adecuados y la regularización del vehículo ante las autoridades competentes.
El impacto de la iniciativa
El proyecto de Tiago no sólo destaca la posibilidad de reutilizar materiales desechados, sino que también inspira a otros a explorar alternativas de movilidad más sostenibles. En un mundo donde coches electricos Todavía son inaccesibles para muchas personas debido a su alto costo, iniciativas como esta demuestran que la creatividad puede superar las barreras financieras y tecnológicas.
Costo del proyecto
Transformar el céltico en un coche eléctrico le costó a Tiago alrededor R$ 20 mil, incluyendo el motor industrial, variador de frecuencia y adaptaciones mecánicas. Aunque este valor es significativamente inferior al precio de un coche eléctrico nuevo en Brasil, que generalmente cuesta más R$ 150 mil, todavía requiere planificación financiera y dedicación.
Conclusión: un ejemplo de sostenibilidad e innovación
El caso del Celta eléctrico transformado con 500 baterías de portátiles es un ejemplo inspirador de cómo la reutilización de materiales puede contribuir a un futuro más sostenible. En 2025, con una mayor conciencia ambiental y el avance de las tecnologías de electrificación, iniciativas como esta serán aún más relevantes.
Si tienes un coche viejo en el garaje, ¿qué tal si consideras una conversión eléctrica? Al igual que James, puedes unirte. creatividad, sostenibilidad y economía, creando una solución única para contribuir con el medio ambiente. Quién sabe, ¡pronto veremos aún más ejemplos de autos reciclados en las calles de Brasil!