Lavínia FEI-X3: El orgullo de la ingeniería brasileña

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Si eres un apasionado de los autos deportivos y te gusta conocer los detalles detrás de las grandes creaciones automotrices, quedarás encantado con el Lavinia FEI-X3. Este modelo único, resultado del esfuerzo colectivo de estudiantes de ingeniería y profesores de la FEI (Facultad de Ingeniería Industrial), marcó la historia de la industria automotriz brasileña con su innovación, diseño audaz e impresionantes características técnicas.

Un homenaje y un legado

Créditos: Reproducción

el nombre lavinia Fue un homenaje a la esposa del entonces alcalde de São Bernardo do Campo, ciudad que donó el terreno donde hoy se encuentra el campus de la FEI. Detrás del proyecto estaba el legendario ingeniero Rigoberto Soler, español naturalizado brasileño, uno de los primeros diseñadores de vehículos de Brasil. Soler fue responsable de proyectos icónicos como el Brasinca Uirapuru y también trabajó en Vemag. Aportó su vasta experiencia para guiar a los estudiantes en la construcción del auto deportivo, que sería presentado en la Salón del Automóvil de 1970, en el Pabellón Anhembi, en São Paulo.

Rigoberto Soler, fallecido en 2004, dejó un legado invaluable para la ingeniería brasileña. Y Lavínia FEI-X3 es un claro ejemplo de su genio y dedicación a la formación de nuevos profesionales.

Diseño y construcción innovadores

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oh FEI-X3 Era un coche adelantado a su tiempo. Con 4,3 metros de largo, 1,8 metros de ancho, 1,1 metros de altura y solo 1.055 kilos, el modelo impresionó por su bajo peso y su excepcional aerodinámica, con un coeficiente aerodinámico (cx) de solo 0,32, probado en un túnel de viento: un número notable incluso para los estándares actuales.

La carrocería se construyó con acero prensado, mientras que las puertas y el capó utilizaron plástico reforzado con fibra de vidrio. Los paragolpes y detalles frontales fueron fabricados en aluminio, dotando al vehículo de ligereza y seguridad. Uno de los aspectos más destacados del diseño fueron las puertas icónicas. “alas de gaviota”, que además de ser estéticamente atractivo, ofrecía practicidad en espacios reducidos.

Un motor potente

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Debajo del capó, el Lavínia FEI-X3 albergaba el motor Dodge Dardo V8, un clásico de la época. Este motor tenía 5.212 cm³ (318 pulgadas cúbicas), con poder de 198 caballos de fuerza a 4.400 rpm y un par impresionante 41,4 kgfm a 2.400 rpm. Impulsado por un carburador de un solo cuerpo, el motor también tenía una entrada de aire, lo que garantizaba un mejor rendimiento.

La tracción trasera y una transmisión de tres velocidades en el piso completaban el paquete mecánico, asegurando una experiencia de conducción sólida y emocionante. El auto disponía de dos tanques de combustible, cada uno con capacidad para 90 litros, proporcionando una autonomía impresionante para un deportivo de la época.

Aunque la velocidad máxima estimada era 220 kilómetros por hora, no existen registros oficiales de pruebas de aceleración ni de velocidad final, lo que deja un aire de misterio sobre el rendimiento real del modelo.

Frenos aerodinámicos y suspensión avanzada

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Uno de los aspectos más innovadores del Lavínia FEI-X3 fue su freno aerodinámico. Inspirado en las tecnologías de la aviación, consistía en una aleta situada en la parte trasera del coche, que se elevaba durante una frenada más enérgica, aumentando la eficiencia y la estabilidad a altas velocidades.

La suspensión delantera se derivó del Esquivar dardo, utilizando barras de torsión y amortiguadores telescópicos de doble acción. En la parte trasera, un eje rígido con resortes helicoidales reemplazó a los resortes semielípticos originales, asegurando una marcha más suave y equilibrada.

Los frenos servoasistidos combinaban discos delante y tambores detrás, ofreciendo una buena respuesta para un coche de esta categoría.

Interior e Instrumentación

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En el interior, el Lavínia FEI-X3 estaba equipado con un salpicadero completo y funcional. El volante deportivo de tres radios de la marca Walrod aportaba un toque de exclusividad, mientras que el instrumental incluía un velocímetro graduado en 200 kilómetros por hora, cuentarrevoluciones, amperímetro, indicador de temperatura, indicador de presión de aceite y nivel de combustible. En la consola central, varios botones ofrecían un control total al conductor.

Sin embargo, el espacio interno tenía sus limitaciones. Con asientos fijos y poco espacio para personas más altas, el modelo presentaba desafíos ergonómicos, especialmente para conductores más altos. 1,75 metros alto.

Presentaciones y Restauración

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Tras su debut en el Salón del Automóvil de 1970, el Lavínia FEI-X3 volvió al evento en 1972, con algunas modificaciones y nuevos colores, entre ellos verde, blanco y dorado. A pesar de su éxito, el proyecto no avanzó a escala de producción, quedando limitado al prototipo.

Durante muchos años, el coche permaneció almacenado en los almacenes de la FEI hasta que, a mediados de los años 2000, fue restaurado bajo la supervisión del profesor ricardo bock, coordinador del curso de ingeniería mecánica automotriz. Durante el proceso, el deportivo fue cuidadosamente restaurado para conservar sus especificaciones originales.

El modelo restaurado fue presentado en eventos como Aguas de Lindoia (2005) y en Fuerte de Copacabana (2009), deleitando a los amantes de los autos clásicos y reafirmando el talento brasileño en la creación de vehículos innovadores.

Un potencial no realizado

A pesar de todas sus cualidades, el Lavínia FEI-X3 nunca se produjo comercialmente. La idea inicial era fabricar el modelo a pequeña escala, pero los desafíos industriales y económicos impidieron que el proyecto avanzara. Aun así, el deportivo representa un hito en la historia del automóvil brasileño, mostrando el potencial creativo y técnico de los ingenieros nacionales.

Conclusión

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En 2025, el Lavínia FEI-X3 sigue siendo un referente de innovación y dedicación a la ingeniería de automoción. Creado por estudiantes y profesores visionarios, demuestra cómo el talento y la pasión pueden superar barreras y crear algo verdaderamente único. El proyecto fue un símbolo de una época en la que la creatividad brasileña buscaba su espacio en la industria global, demostrando que, con dedicación Es conocimiento técnico, es posible lograr grandes cosas.

Hoy, mirando hacia atrás, Lavínia FEI-X3 nos recuerda la importancia de invertir en educación, tecnología e innovación. Quién sabe, tal vez algún día veamos surgir nuevos deportes nacionales con la misma audacia y competencia. Después de todo, Brasil tiene todo lo necesario para ser un actor importante en la escena automotriz mundial.

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