En 2019, el Jaguar I-Pace Fue aclamado como el Coche del año en el mundo, representando una promesa de innovación en el mercado de vehículos eléctricos.
Sin embargo, importantes problemas con las baterías llevaron a Jaguar a tomar la drástica decisión de recomprar y destruir miles de unidades de este modelo.
Las ventas del Jaguar I-Pace nunca cumplieron las expectativas iniciales.
Además, el modelo se enfrentó a varios recuerda, problemas de confiabilidad e incluso incidentes de incendio.
El problema principal estaba en las baterías proporcionadas por LG, que eran propensos a sobrecalentarse, aumentando el riesgo de incendio.
Los intentos de solucionar este problema mediante actualizaciones de software no han tenido éxito.
Con un precio inicial de US$ 72.500 (aproximadamente R$ 360.000), el I-Pace ha visto empañada su reputación.
La recompra y destrucción de las unidades afectadas representa un coste importante para Jaguar, además de dañar la confianza de los consumidores en la marca.
Jaguar, que planea convertirse en una marca totalmente eléctrica a finales de la década, necesitará abordar estos desafíos de manera efectiva para garantizar su éxito futuro.