La llegada de Chrysler a Brasil marcó un momento importante en la historia de la industria automotriz nacional.
La automotriz adquirió la antigua fábrica de International Harvester, ubicada en Santo André (SP), que había 109.000 m² de terreno y 30.000 m² de superficie construida.
Posteriormente, la producción se trasladó a São Bernardo do Campo.
En aquel momento se introdujeron tres modelos: el D700, con capacidad para transportar hasta 7,9 toneladas, el D400, que transportaba hasta 4,5 toneladas, y el D-100,
una camioneta ligera capaz de 700 kilos, que destacó por llevar más peso que sus principales competidores.
Uno de los mayores atractivos del Dodge D-100 fue su Motor V8 a 90°, con 318 pulgadas cúbicas (5212 cm³).
Con un diseño simple y robusto, el Esquivar D-100 destilaba modernidad para su época.
Entonces, ¿qué tal darle una oportunidad a este clásico y mantenerlo vivo en las carreteras brasileñas?
Después de todo, el pasado nunca pasa de moda, especialmente cuando se trata de una leyenda como Esquivar D-100.